Quien Soy

Yo no soy escritora,
...de hecho siempre dije que me había dedicado a enseñar literatura porque era incapaz de hacerla, de crearla y, ya se sabe…, cuando algo te gusta eres insaciable a la hora de disfrutarlo, así que desde muy joven empecé a leer y la pasión por ella no hizo sino aumentar con el paso del tiempo. Me hacía, -me sigo haciendo-, una reflexión y es que, por desgracia, casi todos llevamos una vida más vulgar de lo que nos gustaría, y no suele estar a nuestro alcance tener acceso a muchas  personas interesantes, variadas, con las que compartir diferentes aspectos y facetas de nuestra existencia, así que me decía, -me sigo diciendo-, que una buena novela es un modo fantástico de conocer gente; de ampliar tu mundo; de saber cómo piensan y cómo viven otros muchos seres humanos; de discutir o empatizar con ellos… No importa que vivan lejos de ti, que no formen parte de tu cultura o tus tradiciones, que sean muy diferentes; ni siquiera importa que hayan muerto y que vivieran hace siglos; no, nada de eso importa, muy al contrario la literatura te traslada en ocasiones a un tiempo y a un espacio remotos que, gracias a ella acabas conociendo y casi instalándote en ellos.
    Pero todo lo anterior es sólo parte de la magia, porque de magia tiene que tratarse cuando alguien, sólo con palabras, puede conseguir en el otro un estremecimiento, puede conseguir que afloren múltiples sentimientos como la nostalgia, el amor, la esperanza, el desamparo, el odio…que compartes o repudias con todos esos seres humanos con los que te vas encontrando. No sé, no sé si es magia, milagro o genialidad conseguir eso simplemente con palabras, y además con palabras que conoces, que son tuyas, pero que tú no puedes manejar de esa manera. Es, en definitiva, el goce estético y la catarsis que se producen cuando tienes un buen libro delante.
    Y como no quiero olvidar esos momentos tan intensos y auténticos, una vez pasados ,-esto es, concluida la lectura de un buen libro-, trato de fijarlos por escrito, aunque sepa que es imposible reconstruir la emoción inicial. Se trata de retener todo aquello que, pasado un tiempo, pueda acercarte de nuevo a la emoción entonces sentida. Se trata incluso de copiar textualmente aquellos fragmentos que te impactaron de forma especial. Se trata de poder reavivar algunos rescoldos que, si bien no volverán a ser hoguera, sí te iluminen y te trasladen al momento en que sí la hubo. Así, mis pequeñas reflexiones, mis reseñas, sobre lo que leo son eso, mías y por tanto muy personales y, también por tanto, muy discutibles aunque siempre hay una parte objetiva, -generalmente la que se refiere al argumento o a los personajes-, que me servirá aun con el paso del tiempo. Trato, además, de diferenciar la reflexión sobre los elementos narrativos de una historia, es decir, el argumento, el espacio, el tiempo, los personajes o el narrador, de otras cuestiones más técnicas y estilísticas. En fin, se trata como decía de reconstruir, en la pobre medida de lo posible, aquello que diferencia una novela de otra y aquello que en el momento de su lectura me pareció más interesante, emocionante, significativo…
    Si, como yo, tú tampoco puedes vivir sin literatura, acércate a estas páginas y comparte o disiente, pero nunca dejes de leer.